Bianca de Vilar

Bianca de Vilar (Bruselas, 1976) se crió alrededor del mundo debido a la continua búsqueda por parte de sus padres del paraíso. Por esta razón, países lejanos como Seychelles, Tanzania y Kenia han tenido un impacto tan grande en su trabajo fotográfico y en su vida como artista. Años después, Bianca de Vilar asistió a varios fotógrafos en África, concretamente Kenia y Tanzania, donde tuvo la oportunidad de viajar y fotografiar a la vez.

A los 17 años, se establece en Londres, donde se graduó con un BA Hons en Combined Media en Chelsea College of Art & Design. Allí participó en varias exposiciones colectivas y además tuvo el privilegio de representar a Londres con un cortometraje en el Festival Bandits Mages en Bourges, Francia. A lo largo de sus estudios universitarios, asistió a fotógrafos como Jessica Hilltout, Helena Broch, Paul Trucot y Candice. También fue voluntaria en Zoom In como maestra de cuarto oscuro analógico.

Ya de vuelta a España, en Barcelona, publica en diversas revistas de tendencias locales como Vanidad, Suite, AB, Metal, LA Mono y La Fotografía y revistas internacionales como Impose (NY), Shift (Japón), Resident Advisor (Alemania) y Cyclic defrost (Australia ). Durante diez años Bianca ha fotografiado muchas pasarelas de la Semana de la Moda como, Barcelona 080 y Runway Malta y Gibraltar. Su visión única en blanco y negro entre bambalinas de las pasarelas de moda y festivales de música le ha consagrado como unas de las fotógrafas oficiales de muchos festivales, especializándose en retratos.

Tras unos años parada en su trabajo más artístico, ha vuelto a sus raíces, de vuelta al sur, donde aún está su familia, volviendo a pintar y a hacer escultura. Trabaja para Getty Images cubriendo eventos sociales.



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PROYECTOS

FRAGMENTOS DE LUZ Y PENUMBRA

África para Bianca es un sitio muy especial, se crio ahí de pequeña, y se siente como en casa. En este proyecto de contrastes, utiliza su habilidad con el blanco y negro para significar una ausencia retratando presencias en lugares abandonados en Senegal y Brasil, envolviéndose en la noche que descubrieran Atget o Brassaï para aportar una sensación interior a la percepción de lo externo, y viceversa.

Pura contradicción, igualdad y disparidad entre dos mundos iguales y opuestos: Senegal y Brasil.»

Senegal, un país que se colapsa sin que su pueblo se dé cuenta. Uno se imagina durante el día Senegal ha pasado por una guerra de autodestrucción. La noche esconde los escombros, la pobreza y el desierto seco que rodea a las ciudades. La noche me intriga; las estrellas deslumbran las casas coloniales, con sus enormes puertas de madera que encierran lo desconocido. Las palmeras se mueven al sonido del viento que proviene del Sahara Mauritania.

Brasil, un país enorme donde uno se imagina que hay más población y en cambio me encuentro en el desierto rodeado por el Océano Atlántico. Dunas solitarias con la ocasional palmera en medio de la nada, algún oasis, algún animal tratando de sobrevivir. Al atardecer las dunas tienen su propio idioma, grabado en las ondas de arena fina, se mueven como sirenas y el misterio me rodea y estoy atrapada… Me siento segura en la cálida noche, llevando el trípode y la cámara. Los niños me rodean con ojos curiosos preguntándose cómo se puede tomar fotos de la noche.

CARPE MARIPOSA

Como un entomólogo que sigue a la luz desde la mirada fotográfica, científica y entusiasmada al mismo tiempo, este trabajo de Bianca recuerda a la experimentación de los fotógrafos de vanguardia, que vuelven a la esencia del inspeccionar, experimentando con la plasticidad fotográfica, con la versatilidad de la luz y con la belleza del cuerpo, jugando con sus partes como objetos de belleza y extrañeza surreal. A través de esa mirada, Bianca consigue estas images oníricas y al mismo tiempo íntimas que nos acercan la naturaleza cuántica y a la vez geométrica de la materia, de la luz y de las múltiples posibilidades que entraña la existencia.

«La belleza es la mujer como objeto de la mirada y el deseo. La belleza es la excepción y el delicado desafío que constantemente vuelve y demanda la atención de uno. La belleza de la fotografía cambia según cada nivel, la imagen, el espectador, la mente. Una relación íntima entre el observador y lo observado. El cuerpo se convierte en un objeto en sí mismo, separándonos el uno al otro. El amante aísla un detalle de la cara, un entrañable ángulo o curva. Un mundo en blanco y negro, revelando y disimulando, verdadero o falso. La ventana de nuestra alma, envolviendo y abarcando musculo, carne y hueso.»

INTIMIDAD

Este proyecto surge a partir de un Workshop de Magnum con Antoine D´Agata en el que Bianca debe enfrentar la incertidumbre de desechar lo conocido y las ideas preconcebidas a la hora de fotografiar. En una exploración de un registro diferente al explorado hasta ahora, Bianca se centra en su mundo interior y su ser interior. Las fotografías reflejan estas emociones; desde la soledad, hasta la confusión, la intimidad y la complicidad entre lo retratado y la propia identidad. En su evolución, el proyecto acaba siendo un reflejo de la deriva de la autora en un acercamiento íntimo a su entorno.

«Cada noche, tenía un desafío diferente que superar. Procesando emociones, permitiendo intimidad. Todas las noches, el miedo me vencía. ¿Cómo podría fotografiar estos sentimientos? Siempre he tenido problemas para mostrar mis sentimientos, expresar lo que pienso, hacerme entender, comunicar lo que siento y amo. Tomé varios autorretratos, enfocándome en mí y en mi entorno, mis amigos y mis actividades diarias. Apenas durmiendo y sin una imagen específica en mente, pasé días con los nervios a flor de piel. Pasé por varias fases: miedo, rechazo, tristeza, alegría y pánico total absoluto. Ha sido la semana más intensa e interesante de mi vida. El viaje ha sido un factor importante para encontrarme de nuevo.«


INTERÉS SOCIAL

En estos dos proyectos exploramos la fotografía como una herramienta de acercamiento social y socialización, lo que supone la faceta más intimista y documental de la fotógrafa. Les Naufrages es una serie de ocho fotografías sobre la muerte a través de las flores de los funerales. Partiendo de una experiencia personal y dolorosa Bianca de Vilar ha podido plasmar sus emociones y las de su familia en esta colección. Omassim Souls se convierte en un inventario de presencia en el momento en el que Bianca decide volver más de una vez a captar esos retratos de cercanía a partir de la experiencia del encuentro y compartir, compartirse y compartirles, desde su encuentro con ella misma. En estos usos fotográficos, más que el resultado, el proceso y la conexión social son la base de la reflexión particular e intensa que nos mueve al transitar estos caminos.

LES NAUFRAGES

«Siempre me ha gustado el trabajo de fotógrafos como Nan Goldin, muy personal e intimista, retratando su entorno más difícil. Me cuesta sacar la cámara en momentos íntimos de mi familia, pienso que no lo entenderían. Cuando murió mi abuela materna, me lleve la cámara pequeña, porque sé que mi abuela sí lo entendería. Mi familia estaba tan absorbida por el dolor que no se dio cuenta de que la llevaba. Tenía miedo de que me dijeran algo, y en ese entorno tan triste traer más sufrimiento y mal estar. Ver a mi madre, mi tía y primos con ese dolor, me emocionó mucho. El día acompañaba, con frio y lluvia. Yo me escondía tras la cámara para no llorar. La cámara es un refugio inconscientemente. No tienes que hablar con nadie y no muestras tu vulnerabilidad. «

Mi abuela era tan fuerte y tenía tanto carácter y verla tan pequeña en su cama, un pajarito sin alma…»

OMASSIM SOULS

«Este es un proyecto que tenía en mente durante un tiempo, retratando a las personas que me rodean. Soy una persona muy nerviosa y me di cuenta de que necesitaba aprender a respirar de nuevo y además a disfrutar de pequeños placeres como dormir ocho horas y comer bien. Dejar los trabajos comerciales por un solo instante. Decidí por primera vez ir a un retiro de yoga, nunca había hecho yoga. La experiencia fue tan reconfortante.»

Decidí que tenía que volver a mis raíces y usé mi vieja cámara de película Hasselblad con película caducada de 120 mm y el proceso de usar película de nuevo me hizo pensar en cada foto tomada.»

«Conocí a personas de todos los ámbitos de la vida, y cada uno estaba allí por una razón diferente. Todos tenían una belleza en ellos que cada retrato tenía un significado. Intento volver todos los años con mi Hasselblad y fotografiar la belleza que me rodea y retratar esa conexión que encuentras con alguien frente a la cámara.»